Se colaron en un jardín particular junto a su madre, que posteriormente desapareció dejando a los cuatro cachorros de tres semanas solos y sin poder comer por sí mismos. Afortunadamente, encontraron casa de acogida en Bilbao que les ha alimentado a biberón y sacado adelante hasta que han empezado a comer solos.Hay machos y hembras y necesitan una familia. Estamos preocupados porque por su color tienen muchas menos posibilidades de adopción ya que los gatos negros suelen ser rechazados.