ROCA tenía mucho miedo cuando llegó, parecía que quería desaparecer. Cuando entrabas a su patio tenia tanto miedo que se escondía en su caseta y no quería salir a pasear ni saber nada de las personas. Ahora, gracias al cariño y dedicación de los voluntarios, va saliendo de su aislamiento y empieza a disfrutar de la vida. Es la primera que se acerca a la valla a saludar y al entrar se sube encima de ti para robarte una caricia. Le encantan los paseos, los premios y la voz de sus amigos. Cuando sale a pasear siempre va pendiente de la persona que la lleva esperando una palabra amable para acercarse moviendo su colita y sentir el calor que se le ha negado.