A Candelaria la dejaron en la puerta del albergue junto a Tina y Tigre, los cuales pensamos que son sus hijos porque se parecen mucho. Es una perra muy especial, y muy buena. Es la típica perra fiel e inteligente.
Cuando la abandonaron era piel y huesos y tenia una cadena y un candado en el cuello que pesaba tanto como ella.
Es mayor, y ahora, por el frío, tiene muchos dolores en las articulaciones. Una clínica especializada en su patología, la artrosis, se ha ofrecido a darle unos tratamientos para ver si se recupera.
Buscamos para ella algún voluntario que se ofrezca a llevarla 2 veces en semana a un centro del Puerto de la Cruz para sus masajes de rehabilitación.