Mody es uno de esos casos sobre los que se dice: estaba en el peor momento y el lugar menos adecuado. Tan pequeño (en todos los sentidos) y en un sitio poco recomendado, sin embargo, y a partir de ahora, su vida ha dado un giro de 180º y eso lo está descubriendo ahora: su carita triste ha cambiado y ya es un perrito alegre y juguetón, como son todos los de su edad. Si adoptas a Mody descubrirás junto a él cosas muy buenas.