Era muy chiquitín cuando me separaron de mamá, tanto que apenas la recuerdo. Me llevaron a una casa horrible, aunque al principio no lo parecía. Había un niño que me echaba al aire y me dejaba caer, me zarandeaba y no paraba de hacerme daño, me escondía donde podía pero siempre me encontraba. Un día me cansé ya no podía aguantar tantos golpes, y le bufé, encontré el valor para enfrentarme a él y entonces me cogieron y me echaron a la calle.
Gracias a una chica que supo de mi historia y me recogió para enviarme a LARA, estoy muy asustado no conozco a nadie y no me fío de los humanos, pero me dan comida muy rica y nadie me hace daño, dicen que me buscan un hogar, y que no tenga miedo, porque se van a asegurar muy bien de que no vuelva a pasarme nada, que encontraran unos humanos muy buenos que me van a querer para siempre y solo me darán mimos y muchos besos.